CUIDADO CON LA SAL
El exceso de sal puede provocar hipertensión arterial y retiene
liquidos, sobre todo en personas propensas, por eso es necesario controlar el
consumo de sal. Hay que reducir su consumo pero no eliminarla de la dieta
porque es necesaria para el buen funcionamiento del organismo. Hay muchos
alimentos que contienen grandes cantidades de sodio que consumidos con
moderación nos benefician.
Cuándo una persona hace ejercicio pierde sales a través del sudor, por
eso, si su consumo es muy bajo, desciende la presión arterial y esto puede
hacerle pasar un mal rato durante el entrenamiento. Los síntomas son cansancio,
debilidad, mareos o incluso desvanecimiento. Para evitar esta situación es
necesario hidratarse antes, durante y después del ejercicio, con agua o bebidas
deportivas. Si pasa de todos modos, hay que sentarse, relajarse y consumir algo
salado para subir la presión arterial y beber mucho líquido.
Un dato importante es que muchas personas se ponen mucha ropa para
hacer ejercicio o prendas de plástico, incluso hay personas que se cubren el
cuerpo con plásticos industriales para sudar más y así eliminar más líquidos.
Esto es muy peligroso para la salud por lo que acabamos de comentar sobre el
descenso de la presión arterial, por eso desde aquí desaconsejamos este tipo de
comportamientos.
La sal en la cocina
Por todos es sabido que la sal realza el sabor de las comidas pero hay
que reducir su consumo. Existen otras formas de acompañar los platos que le van
a dar sabores distintos y son mucho más sanos para la salud.
Darle al plato un toque de condimento también realza su sabor y nos
permite jugar más con los sabores como por ejemplo hiervas aromáticas como el
eneldo, orégano, perejil, romero, tomillo, albahaca, laurel, canela, etc.
Para los más atrevidos están los picantes como pimienta, ajo, cebolla,
mostaza, pimentón, cardamomo, etc.
También están los ácidos como el vinagre o el limón.
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