ERROR AL PERDER PESO
Eliminar la grasa acumulada no es nada fácil, necesita mucho tiempo y a
veces, por más que se intenta con dietas y entrenamientos, lo único que se
consigue es perder músculo. Esto puede ser causa de un mal planteamiento del
entrenamiento. Por eso vamos a tratar de solucionar este tema.
Cuándo se empieza un entrenamiento para perder grasa, las primeras
semanas no hay que fiarse de la bascula porque al ejercitar los músculos, estos
se tonifican y se va ganando tejido muscular
El músculo pesa más que la grasa y por eso al principio se puede ganar
peso, pero no hay que preocuparse porque cuándo el cuerpo se habitúe al
entrenamiento, empezará a eliminar la grasa acumulada. Por esto hay que fiarse
más de la ropa o del cinturón que de la báscula.
Demasiado trabajo aeróbico
El ejercicio cardiovascular es el que más gasto calórico produce y
generalmente, cuánto más ejercicio, mayor consumo y mayor perdida de grasa.
Esto es así hasta cierto punto. Existe una situación en la que el organismo
entra en una situación de extrema demanda y se activa un mecanismo de defensa
que protege a la grasa. Cuándo pasa esto, se empieza a gastar la masa muscular
(catabolizar), baja el ritmo metabólico y disminuye nuestro rendimiento.
Un trabajo cardiovascular de entre 4 y 6 horas, es suficiente para
perder grasa. Si quieres mejorar, no aumentes los aeróbicos, aumenta el trabajo
con pesas. Al combinar un entrenamiento de fuerza con el trabajo cardiovascular
se obtienen mejores resultados.
- Se consigue un mayor vaciado
de los depósitos de glucógeno, con lo cual se accede mucho antes a las reservas
de grasa.
- Evita la perdida del tejido
muscular y el rendimiento deportivo es mayor, soportando mejor y mas tiempo los
entrenamientos cardiovasculares.
- Se consigue un consumo
calórico post ejercicio muy significativo debido a la mayor demanda metabólica
de una masa muscular activa. Quemarás más calorías incluso en reposo.
Entrenamiento a baja intensidad
Se ha extendido la creencia de que la intensidad baja es la ideal para
quemar grasa. Esto solo es cierto en personas que se inician en el
entrenamiento y que tienen una condición física muy baja y no pueden permitirse
otra forma de entrenar.
La grasa es como el aceite en una sartén, a mayor temperatura, mayor
aceite se quemará. En nuestro cuerpo, elevar la temperatura para quemar la
grasa supone elevar la intensidad de trabajo; utilizar cambios de ritmo,
alcanzar mayor consumo de oxígeno.
Si siempre se usan métodos prolongados a baja intensidad, el organismo
se adaptará y dejará de producir mejoras. Hay que variar la intensidad y la
duración de los entrenamientos cardiovasculares para que el organismo no se
adapte y siempre este evolucionando favorablemente y quemando grasa. La mejor
opción para quemar grasa es el
entrenamiento de intervalos, alternando fases de alta y baja intensidad
continuamente durante 30-40 minutos.
La sauna y los diuréticos
La sauna y los productos vegetales con capacidad diurética eliminan
líquidos y producen un descenso del peso corporal. Esto no quiere decir que
perdamos la grasa, simplemente se elimina gran cantidad de agua que se
recuperará a las pocas horas, es tan solo una situación momentánea engañosa.
Muchas personas realizan sesiones de cardio con prendas de plástico o
neoprenos que no transpiran y provocan una sudoración excesiva. Esto solo lleva
a una deshidratación excesiva que reduce el rendimiento y puede acarrearnos
serios problemas de salud.
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